El avance de la humanidad en pro de la integración de los marginados, siendo éstos los no bancarizados; y de crear protocolos de seguridad, transmisión de datos y codificación que permitan economizar costos en los procesos digitales y que en paralelo se perciban en el mundo físico, tiene en el criptomundo todo un ecosistema de soluciones ya expuestas y miles más por estimular. Pero esa tecnología requiere mucha energía para cubrir la demanda, lo que por un lado es un desgaste que a su vez puede ser nocivo para el planeta. Por ello la consulta de que sí son contaminantes las criptomonedas en realidad entra en boga, creando un segundo frente de debate de enfrentamiento entre los usuarios a favor y en contra.
Mostremos algunas evidencias al respecto. Si buscas saber más sobre el tema que ocupa este instante y que no dudamos será el futuro del mundo, el cual apoyamos pero sin que eso afecte a nuestro amado medio ambiente, puedes consultar esta web sobre criptomonedas y así ampliar tus conocimientos al respecto.
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¿Qué es lo que contamina?
En realidad, no son contaminantes las criptomonedas en realidad, sino la minería. No liguemos el hecho qué con la implicación, ya que el tratamiento en la blockchain no es el contaminante, sino las necesidades de los equipos minadores para poder ir descifrando un bloque o nodo, especialmente en bitcoin y Ethereum, porque ya en muchas otras altcoins, todo deriva de cálculos matemáticos o datos codificados que generan los primeros bloques y es el movimiento en el mercado el que las fortalece, mantiene o hace fenecer.
Pero los equipos de minería, requieren grandes cantidades de energía para funcionar. Y además, uno solo no es suficiente. Los usuarios que minan tienen varios en su espacio, llamadas granjas mineras para producir sus ganancias, aunque el sistema eléctrico sea el que pierda.
Les recordamos que la electricidad es generada por el sistema hidrológico. Si la energía es “halada” por los equipos de minería, se van todos los recursos para esa zona en detrimento de otras que tendrán que buscar otras fuentes de energía, como la de los motores diésel que emiten vapores contaminantes.
Todo es una triste cadena de hechos, que derivan de los equipos en cadena y no de la cadena de bloques directamente, aunque sí de forma colateral.
¿Son contaminantes las criptomonedas en realidad?
Mostremos hechos y ustedes, dejen en la sección de comentarios, sus opiniones.
- Minar criptomonedas consume niveles de electricidad que se pueden comparar al de 181 países a la vez.
- Se requieren de más componentes para los hardwares, los cuales al averiarse, no todos son llevados a lugares de recuperación de manera adecuada, creando contaminación ferrosa y de otros componentes.
- Son contaminantes las criptomonedas en realidad por las huellas de carbono que emiten al medio ambiente.
- La minería de Bitcoin consume entre 60,63 y 76,12 Twh de electricidad anuales.
- Para ejercer la minería a bajo costo, los mineros individuales o corporativos instalan sus sedes legal o ilegalmente en países como India o Venezuela donde la electricidad es muy barata, creando afectaciones en sus sistemas eléctricos nacionales correspondientes, sin sanciones estrictas, por pagos de patentes legales o simple corrupción, lo que crea amparos para la contaminación y destrucción de equipos que en cadena, afectarán el modo de vida de los ciudadanos ajenos a esos proyectos.
Son contaminantes las criptomonedas en realidad, pero hay soluciones en vía
- Con energía solar y energía eólica es insuficiente –aún- para minar. Esa tecnología aún está en desarrollo, pero no ha sido priorizada por empresa alguna. Su solución ha sido buscar criptomonedas que no se minen o de algoritmos digitalizados en la nube.
- En El Salvador se utiliza la energía geotérmica (volcanes), para generar la energía suficiente para los equipos de minería instalados en el lugar. Es ajeno al sistema eléctrico y no crea consecuencias al entorno.
- Los Mining Pools, en los que un grupo de mineros en varios países utilizan un mismo programa informático para minar criptomonedas y compartir las recompensas.
A nuestra manera de ver, es la manera, esta es la forma más sensata, ya que se obtienen dividendos, no se fuerzan los equipos de computación que luego son tirados sin cumplir los protocolos ecológicos diseñados para ello. En fin, menos daño, más trabajo en equipo y menos consecuencias.
Entonces, sí consideran o no sí son contaminantes las criptomonedas en realidad, queda por igual la moraleja de: Toca a los usuarios colaborar desde su lugar para que no les afecte y tampoco ser factor que estimule la afectación. Todos tenemos responsabilidad, así como la posibilidad de beneficiarnos del criptomundo, un presente que no puede dañar nuestro futuro.